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Tim Guénard

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Tim Guénard

EXPERIENCIA

La dura historia de Tim Guènard comienza cuando a los tres años le abandona su madre atado a un poste eléctrico y se queda a cargo de un padre que no ahorra en malos tratos. En una de las muchas palizas que le propinaba le rompió 55 huesos que le dejó casi tres años internado en un hospital.

Como sus padres no le querían entró en un orfanato a los siete años donde tampoco nadie lo quiso adoptar. Además, sufrió el maltrato de las personas encargadas de su cuidado y acabó en un hospital psiquiátrico por un error administrativo.

El peor recuerdo de su infancia es haber estado tres años en la cama de un hospital por culpa de los golpes que le dió su padre. “Cuando bebía, no sabía lo que hacía y me pegaba sin darse cuenta. Lo que más me dolió es que durante ese tiempo de convalecencia, nunca tuve una visita”.

Durante su infancia vivió huidas, más maltratos físicos, una violación a los 15 años de edad y problemas con mafias de la prostitución, buscando solamente la forma de prepararse para matar a su padre.

Pero su suerte comenzó a cambiar cuando, a los 16 años, una jueza fue la primera persona que realmente se ocupó de él: le consiguió un trabajo como aprendiz de escultor de gárgolas y Tim comenzó a ser alguien.

A partir de ahí, y tras descubrir la fe, y vivir una auténtica y profunda conversión comenzó a descubrir la otra cara de la vida. “En la vida real, cuando se escucha a la gente que se ha levantado después de vivir situaciones difíciles, uno se da cuenta de que nadie se levanta solo. Yo mismo he tenido personas en mi camino: el indigente que me enseñó a leer, papá Gaby (su padre adoptivo de los servicios sociales del Estado), la buena jueza y el padre Thomas. Todos son como regalos. El regalo más bonito en la vida son las personas que uno ha querido y quiere; y se necesita la vida entera para conocerlas”.

Hoy es un hombre que vive en el sudeste de Francia y que vive felizmente con su esposa y cuatro hijos, mientras acoge en su propia casa a personas con problemas, a las que orienta y da ánimos para que encuentren nuevos motivos para vivir. Escribió en 2003 un libro autobiográfico –Más fuerte que el odio- y ofrece conferencias por todo el mundo.

“En la vida real, cuando se escucha a la gente que se ha levantado después de vivir situaciones difíciles, uno se da cuenta de que nadie se levanta solo 

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